Muchas personas en todo el mundo acuden hoy en día en oración a San Juan Pablo II, porque es considerado como uno de los líderes más influyentes del catolicismo en el siglo XX.
San Juan Pablo II es un siervo de Dios e intercede por cada uno de nosotros ante nuestras necesidades, para que sean atendidas por el creador.
El Papa Juan Pablo II es considerado santo por haber vivido con heroicidad las virtudes cristianas cada día. Por eso, si te gustaría conocer un poco más sobre de su historia, sus virtudes, sus milagros y las mejores oraciones para agradecer un favor concedido o pedir algún favor especial, entonces continúa leyendo…
¿Quién es San Juan Pablo II?
San Juan Pablo II nació el 18 de mayo del año 1920 en Wadowice, al sur de Polonia. Su nombre era Karol Józef Wojtyla y era el menor de los 3 hijos de un militar austrohúngaro. Perdió a su madre a sus 9 años de edad y a su hermano a sus 13 años.
Karol Józef realizó su primera comunión en 1929 y recibió el sacramento de la confirmación a sus 18 años. Se sabe que, en su juventud se dedicaba a practicar atletismo, futbol y natación.
Años más tarde, en 1939 llegó a Polonia la ocupación Nazi cuando Karol Józef se encontraba estudiando en Cracovia, específicamente en la universidad Jaghellonica. Es bien sabido que para aquella época los alemanes cerraron todas las universidades, por lo que él junto a otro grupo de jóvenes, crearon una universidad clandestina en la que se podía estudiar filosofía e idiomas.
Del mismo modo, para evitar ser deportado a Alemania, se dedicó a trabajar de obrero en una cantera (Explotación de minería), pero a su vez, ayudaba a escapar a las familias judías de la persecución nazi.
Vocación Sacerdotal
La vocación sacerdotal en el polaco Karol Józef nace después de la muerte de su padre. Ya que, intentaba buscar consuelo en Dios, y por ello, a sus 21 años, decide asistir a las clases de teología clandestinas de Cracovia que eran dirigidas por el Arzobispo de Cracovia, el Cardenal Adam Stefan Sapieha.
Como mencionamos anteriormente, durante estos años tuvo que vivir oculto debido a la invasión nazi; hasta que finalmente los alemanes abandonaron la ciudad en el año 1945.
Se ordenó como sacerdote un año después, a sus 26 años de edad en el seminario Mayor de Cracovia.
Luego, fue enviado a Roma y allí tuvo la oportunidad de obtener un doctorado en teología y durante este tiempo, se dedicó a su vez, a ejercer el ministerio pastoral conformado por emigrantes Polcas en Francia, Bélgica y Holanda.
Para el año 1948 regresa a Cracovia en Polonia y allí fue designado Vicario de diversas parroquias, además de dedicarse a la evangelización docente en algunas escuelas y en la universidad de católica de Lublin.
Obispo de Cracovia
Para el año 1958 Karol Józef fue nombrado auxiliar del arzobispo de Cracovia, sucediéndolo completamente en el año 1964.
Durante este tiempo, ya era un líder muy notorio, que realizaba críticas en contra del comunismo polaco.
Por otro lado, su participación en el Concilio Vaticano II (1962-1965) fue muy activa, pues incluso, contribuyó en la elaboración de la constitución pastoral Gaudium et spes, dedicada al papel de la Iglesia católica en el mundo contemporáneo.
Papado de Juan Pablo II
Karol Jozéf fue elegido Papa el 16 de octubre de 1978 por los cardenales reunidos en Cónclave, y una vez aceptada esta decisión, eligió llevar por nombre “Juan Pablo II”. Su pontificado comenzó el 22 de octubre de ese mismo año y ha sido uno de los más largos de la historia con una duración de casi 27 años.
San Juan Pablo II fue es considerado como un líder influyente religioso durante su ministerio petrino. Pues tenía un gran espíritu misionero y un gran amor por los jóvenes.
Además, promovió el diálogo con los judíos y con algunos representantes de otras religiones, la renovación espiritual de la Iglesia y canonizó y beatificó a personas que habían sido ejemplo de santidad.
Del mismo modo, existen numerosos registros de los viajes y visitas pastorales que realizó durante su papado.
Atentado en la Plaza de San Pedro
El 13 de mayo de 1981, el Papa Juan Pablo II fue impactado por 3 balas que habían sido disparadas por un asesino a sueldo de origen turco, llamado Mehmet Ali Agca.
El atentado ocurrió aproximadamente a las 5:17 pm donde el Papa cayó abatido en la plaza de San Pedro, ciudad del Vaticano, y las balas que penetraron el abdomen del Papa hicieron un recorrido milagroso en zigzag.
Luego de este hecho, el Papa tuvo que ser sometido a una cirugía de emergencia de más de 6 horas, de la cual pudo recuperarse y continuar ejerciendo su pontificado.
Tal era su bondad, que llegó a visitar a su atacante en la cárcel como un gesto de perdón, 2 años después del incidente.
Muerte de Juan Pablo II
Con el paso de los años, el Papa Juan Pablo Segundo comenzó a sufrir un desgaste físico que lo llevó finalmente a la muerte el 2 de abril del año 2005, cuando tenía 84 años de edad.
Juan Pablo segundo fue tan influyente, que más de 3 millones de feligreses estuvieron en la basílica de San Pedro para rendirle homenaje.
Beatificación y Canonización de Juan Pablo Segundo
El Papa Benedicto VXI comenzó el proceso de beatificación del Papa Juan Pablo II, el cual se llevó a cabo el 1 de mayo de 2011.
Luego, tanto el Papa Juan Pablo II como el Papa San Juan XXIII, fueron canonizados por el Papa Francisco, el 27 de abril del año 2014.
La santidad de Juan Pablo II se basa en su profundo amor por el señor, por ser un verdadero hombre de fe y por tener siempre un gran optimismo.
Milagros del Papa Juan Pablo II
Al Papa Juan Pablo II se le atribuyen 2 milagros de sanación física. Uno de ellos a una monja francesa llamada Marie Simon-Pierre quien sufría de Parkinson, y luego de haber realizado oración al Papa fallecido, recibió el milagro 2 meses después, la enfermedad se había ido.
Por otro lado, en el año 2011, el mismo día en que Juan Pablo II fue beatificado, la costarricense Floribeth Mora junto con su familia, le pidieron con mucha fe a Juan Pablo Segundo, que disolviera el coágulo de sangre que tenía en su cabeza.
En este sentido, se sabe que Floribeth estuvo internada en un hospital a causa de su enfermedad, pero al cabo de unos días, el coágulo de sangre se disolvió por sí solo, sin utilizar tratamiento médico para ello.
Así como estos casos milagrosos, existen personas en todo el mundo que afirman haber obtenido algún favor especial o alguna gracia divina por intercesión de San Juan Pablo II.
¿Cuándo se Celebra el Día de San Juan Pablo II?
El día de San Juan Pablo Segundo se celebra el 22 de octubre de cada año, pues desde el año 2014 (Canonización de San Juan Pablo II), forma parte del calendario santoral católico.
Durante este día, los fieles creyentes elevan oración a San Juan Pablo II con la intención de honrar sus virtudes y pedir favores especiales o agradecer favores concedidos.
Además, es mencionado en la eucaristía de casi todas las iglesias católicas del mundo, porque Juan Pablo II fue un líder muy influyente y reconocido a nivel mundial.
¿Qué se le Pide a San Juan Pablo II?
Las personas acuden en oración a San Juan Pablo II para pedir protección o milagros de sanación.
Sin embargo, también se puede realizar oración a San Juan Pablo II para que ruegue por nosotros e interceda ante Dios para obtener favores especiales ante situaciones difíciles y desesperadas.
Recuerda que lo realmente importante, es que ores con mucha fe y esperanza, creyendo fielmente que Dios escuchará y atenderá tus suplicas por intercesión de San Juan Pablo II.
Principales Oraciones a San Juan Pablo II
Las oraciones dedicadas a San Juan Pablo Segundo son muy poderosas cuando se realizan con mucha fe.
Pues este Santo Papa escucha e intercede por Dios ante las necesidades de sus fieles creyentes, tal como lo hizo con las 2 mujeres que han recibido el milagro de la sanación física gracias a su intercesión.
Oración Oficial a San Juan Pablo II
La siguiente oración a San Juan Pablo II, es la oración oficial publicada por el Cardenal Ángelo Comastri.
Esta oración a Juan Pablo II es muy profunda y hermosa, porque se pide su intercesión ante Dios por el cuidado de la iglesia, de los jóvenes, de las familias y por el mundo entero. Por ende, puede realizarse todos los días.
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo danos tu bendición!
Bendice a la Iglesia, esa iglesia que tú tanto has amado, servido, y guiado, animándola a caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a su vez, llevar a todos a Jesús.
Bendice a los jóvenes, quienes han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar y volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, aquella luz que ilumina los caminos de la vida en la tierra.
Bendice las familias, ¡bendice cada familia del mundo entero!
Tú advertiste el asalto de satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las familias y cada vida que brota en la familia.
Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz.
¡Oh San Juan Pablo!, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios.
Amén.
Oración Oficial a San Juan Pablo II para Pedir Favores
Si estás en busca de una oración a San Juan Pablo II para pedir favores, entonces no sigas buscando, pues la siguiente oración te permite pedir a San Juan Pablo II, su intercesión ante Dios para que puedas obtener algún favor especial que con urgencia necesitas.
¡Oh Trinidad Santa un solo Dios! Te damos gracias por haber concedido a la Iglesia al Papa Juan Pablo II y porque en él has reflejado la ternura de tu paternidad, la gloria de la cruz de Cristo y el esplendor del Espíritu de amor.
Él, confiando totalmente en tu infinita misericordia y en la maternal intercesión de María madre de Dios, nos ha mostrado una imagen viva de Jesús Buen Pastor, indicándonos la santidad y un alto grado de la vida cristiana ordinaria, como camino para alcanzar la comunión eterna Contigo.
Concédenos Trinidad Santa, por intercesión de Juan Pablo II, y si es Tu voluntad, el favor que hoy te imploro… (Comenta aquí el favor que con urgencia necesitas).
Tengo la esperanza de que escucharás y atenderás mis súplicas.
Amén.
Oración de Sanación a San Juan Pablo II (Oración por los Enfermos)
Al papa Juan Pablo II se le atribuyen dos milagros de sanación física. Por eso, la siguiente oración a San Juan Pablo II, nos permite pedir por la sanación de todos los enfermos del mundo y en especial por la nuestra, en caso de estar padeciendo alguna enfermedad.
Querido San Juan Pablo II, tú que conoces mi transitar y reconoces mi dolor, mira cuando mis ojos lloran por los enfermos del mundo.
Tú que, desde los cielos observas la vida de cada uno de tus seguidores. Nota cuando mi alma se entristece y mi cuerpo se cubre de dolores.
Mi vida está quebrantada en angustia y desolación. Por eso, hoy la pongo en tus manos para que le sea dada la sanación de todos los males que le aquejan.
Amado Santo padre, tú que conociste este dolor y que saliste victorioso de la muerte en varias ocasiones. Enséñanos a confiar y a tener la misma fe que siempre te caracterizó.
Te pido que me ayudes a entender tus sufrimientos y a perdonar como lo hiciste a quien te hirió. Para poder ser merecedor de tu sanación por intercesión de Dios Padre todopoderoso.
Querido Juan Pablo II, ayúdame a llevar mi dolor con amor y alegría. También, te ruego por los afligidos, los enfermos y pobres. Los abandonados y por aquellos que se desvanecen por falta de cariño y comprensión.
Te ruego, dales la fuerza para salir adelante y no los abandones. Te suplico desaparezcan las dolencias y malestares que habitan en mi cuerpo y en la de todos tus fieles.
¡Oh! Piadoso Juan Pablo II, salva a los enfermos que acuden a ti con fervor. Ayúdalos a encontrar la paz y la cura de su mal.
Purifícame, hazme más humano y digno. Transfórmame y acércame más a ti. En nombre de toda la humanidad y por el pronto arrepentimiento de nuestros pecados.
Amén.
Oración a San Juan Pablo II por la Pandemia
Esta oración fue escrita por el Cardenal Stanislaw Dziwisz, secretario personal del Papa Juan Pablo II, con la intención de pedirle al Santo Papa que interceda por el mundo ante la pandemia del coronavirus.
Dios Todopoderoso, ante la pandemia que ha afectado a la humanidad, renovamos con celo el acto de confiar a Tu misericordia, como hizo San Juan Pablo II. A ti, Padre misericordioso, te confiamos el destino del mundo y de cada persona. Te rogamos humildemente.
Bendice a todos los que trabajan duro para que los enfermos sean tratados y los sanos protegidos contra la infección. Restaura la salud de las personas afectadas, dales paciencia a las personas en cuarentena y lleva a los muertos a tu hogar.
Fortalece el sentido de responsabilidad de las personas sanas por ellas mismas y por los demás, para que observen las restricciones necesarias y ayuden a los necesitados.
Renueva nuestra fe para que podamos superar los momentos difíciles con Cristo, su Hijo, quien se hizo hombre por nosotros y está con nosotros todos los días.
Derrama tu Espíritu sobre nuestra nación y el mundo entero, para que aquellos que se unieron en la lucha contra la enfermedad también se unan para alabarte a Ti, Creador del universo, y así luchar celosamente también contra el virus del pecado que destruye los corazones humanos.
Padre Eterno, por la dolorosa pasión y resurrección de Tu Hijo, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
María, Madre de la Misericordia, ruega por nosotros.
San Juan Pablo II, Santa Faustina y todos los santos, rueguen por nosotros.
Amén.
Oraciones de San Juan Pablo II (Escritas por él para el mundo)
El Papa Juan Pablo segundo era un hombre de mucha fe, que dedicó su vida a la oración y su amor por Dios era muy evidente.
Según el relato de Monseñor Magee, buen amigo y secretario personal de Juan Pablo II. El papa estaba constantemente en oración.
Por esta razón, el papa escribió varias oraciones dedicadas a la paz del mundo, a las familias, a los jóvenes y varios santos como San Francisco de Asís, Virgen de Guadalupe, San Benito, entre otros.
Oración del Papa Juan Pablo II por la Paz del Mundo
El Papa Juan Pablo II era un hombre de paz, que siempre trató de mediar ante las situaciones difíciles y oraba por la paz del mundo.
Por ello, escribió la siguiente oración, para que todos los fieles puedan pedir por la paz y el cese de las guerras a nivel mundial.
Amado Dios, ¡grande y misericordioso! Señor de la vida y la paz, Padre de todos los hombres.
Tu voluntad es la paz, no un tormento. Condena la guerra y derroca el orgullo de los violentos.
Enviaste a tu Hijo Jesucristo para predicar la paz a los que están cerca de Él y a otros que no lo están tanto, y unir a todas las razas y generaciones en una sola familia.
Oye el grito de todos tus hijos, motivo de angustia de toda la humanidad. Que no haya más guerra, esta mala aventura de la que no hay vuelta atrás, que no haya más guerra, este torbellino de la lucha y la violencia.
Haz que se detenga la guerra (…) que amenaza a tus criaturas en el cielo, en la tierra y en el mar.
Con María, la Madre de Jesús y madre nuestra, te rogamos, para que hables a los corazones de las personas responsables de la suerte de las naciones.
Destruye la lógica de la venganza y danos a través del Espíritu Santo ideas de nuevas soluciones, generosas y nobles, en el diálogo y la espera paciente, más fructíferas que los actos violentos de la guerra.
Padre, concede a nuestros días los tiempos de paz.
Que no haya más guerra.
Amén.
Oración del Papa Juan Pablo II a la Inmaculada Concepción
El Papa Juan Pablo II hacia constante oración a María la Virgen madre de Dios. Por eso, el día de la celebración de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre) del año 1979, recitó la siguiente oración en la plaza España de Roma.
¡Ave María! Venimos hoy a saludarte. María bendita, tú que has sido elegida para ser Madre del Verbo Eterno. Venimos a este lugar guiados por una especial tradición, y te decimos: ¡Ave! Bendita seas, llena de gracia («Ave María gratia plena»).
Nos servimos de estas palabras, pronunciadas por Gabriel, Mensajero de la Santísima Trinidad.
Nos servimos de estas palabras, pronunciadas por todas las generaciones del Pueblo de Dios, que en el espacio de ya casi dos milenios, realiza su peregrinación sobre esta tierra.
Nos servimos de estas palabras que dictan nuestros corazones: «Ave, María, gratia plena»: llena de gracia. Venimos hoy, día en que la Iglesia, con la veneración más grande, recuerda la plenitud de esta Gracia, de que te ha colmado Dios desde el primer momento de tu concepción.
Nos llenan de alegría las palabras del Apóstol: «donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia» (Rom 5, 20).
Estamos contentos por esta abundancia especial de la gracia divina en ti, que lleva el nombre de «Inmaculada Concepción».
Venimos hoy a este lugar, sobre todo nosotros romanos, habitantes de esta ciudad, que la Providencia Divina ha elegido para ser la sede de Pedro y de sus Sucesores.
Venimos muy numerosos desde que Pío XII comenzó este gesto de homenaje filial, casi un siglo después que Pío IX bendijese este monumento a la Inmaculada. Venimos todos, aun cuando no estemos todos presentes aquí físicamente; pero estamos presentes en espíritu.
Ancianos y jóvenes, padres e hijos. sanos y enfermos, representantes de diversos ambientes y profesiones, sacerdotes, religiosos y religiosas, autoridades civiles de la ciudad de Roma, de la provincia del Lacio, todos consideramos como un privilegio especial el estar hoy aquí con el Obispo de Roma, junto a esta columna mariana, para rodearte, Madre, con nuestra veneración y nuestro amor.
¡Acógenos, así como somos, aquí junto a ti, en este encuentro anual!
¡Acógenos! ¡Mira a nuestros corazones! ¡Acoge nuestras solicitudes y nuestras esperanzas
Ayúdanos, Tú, llena de Gracia, a vivir la gracia, a perseverar en la gracia y, si fuese necesario, a volver a la gracia del Dios viviente, que es el bien más grande y sobrenatural del hombre.
¡Prepáranos a la venida de tu Hijo!
¡Acógenos!, con nuestros problemas cotidianos, nuestras debilidades y deficiencias, nuestras crisis y faltas personales, familiares y sociales.
¡No permitas que perdamos la buena voluntad! ¡No permitas que perdamos la sinceridad de la conciencia y la honestidad de la conducta!
Obtennos con tu oración la justicia. ¡Salva la paz en todo el mundo!
Dentro de poco, todos nos alejaremos de este lugar. Pero deseamos volver a nuestras casas con esta gozosa certeza de que estás con nosotros, Tú, Inmaculada, Tú elegida desde los siglos para ser Madre del Redentor. Quédate con nosotros. Quédate con Roma. Quédate con la Iglesia y con el mundo.
Amén.
Oración del Papa Juan Pablo II a San Francisco de Asís
El Papa Juan Pablo II realizó la siguiente oración en honor a San Francisco de Asís, el día 5 de noviembre de 1978, en una celebración eucarística que realizó en la Basílica de San Francisco, Asís, ubicada en Italia.
En la siguiente oración, le pedimos a este humilde servidor de Dios llamado San Francisco de Asís, que nos ayude a encontrar la mejor manera de acercar a Dios a nuestras vidas.
Tú, que acercaste tanto a Cristo a tu época, ayúdanos a acercar a Cristo a la nuestra, a nuestros tiempos difíciles y críticos.
¡Ayúdanos!
Estos tiempos esperan a Cristo con gran ansia, por más que muchos hombres de nuestra época no se den cuenta.
Nos acercamos al año 2000 después de Cristo. ¿No serán tiempos que nos preparen a un renacimiento de Cristo, a un nuevo Adviento?
Nosotros manifestamos cada día en la plegaria eucarística nuestra esperanza, dirigida a Él solo, Redentor y Salvador nuestro, a El que es cumplimiento de la historia del hombre y del mundo.
Ayúdanos, San Francisco de Asís, a acercar Cristo a la Iglesia y al mundo de hoy.
Tú, que has llevado en tu corazón las vicisitudes de tus contemporáneos, ayúdanos, con el corazón cercano al corazón del Redentor, a abrazar las vicisitudes de los hombres de nuestra época: los difíciles problemas sociales, económicos, políticos, los problemas de la cultura y de la civilización contemporánea, todos los sufrimientos del hombre de hoy, sus dudas, sus negaciones, sus desbandadas, sus tensiones, sus complejos, sus inquietudes…
Ayúdanos a traducir todo esto a un lenguaje evangélico sencillo y provechoso.
Ayúdanos a resolver todo en clave evangélica, para que Cristo mismo pueda ser «Camino-Verdad-Vida» para el hombre de nuestro tiempo.
Así te lo pide a Ti, hijo santo de la Iglesia, hijo de la tierra italiana, el Papa Juan Pablo II, hijo de la tierra polaca.
Espera que no se lo niegues, que le ayudarás.
Has sido siempre bueno y te has apresurado siempre a ayudar a cuantos a Ti se han dirigido.
Que así sea. Amén.
Oración del Papa Juan Pablo II a la Virgen de Guadalupe
El Papa Juan Pablo II realizó una hermosa oración dedicada a la Virgen de Guadalupe en su visita a México en enero del año 1979.
¡Oh Virgen Inmaculada Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia!
Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos, y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.
Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a Ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor.
Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.
Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponernos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra.
Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.
Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.
Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe y celosos dispensadores de los misterios de Dios.
Concede a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza, con el mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios.
Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos.
Esperanza nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver a Él, mediante la confesión de nuestras culpas y pecados en el sacramento de la penitencia, que trae sosiego al alma.
Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos sacramentos que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra.
Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres de mal y de odios, podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con el Espíritu Santo, vive v reina por los siglos de los siglos.
Amén.
Novena a San Juan Pablo II
La novena a San Juan Pablo II es un proceso de oración continua, en el que pedimos la intercesión de este santo Papa ante Dios Todopoderoso, para que le entregue nuestras súplicas al creador, y puedan ser atendidas nuestras necesidades.
Este proceso de oración comienza de la siguiente manera:
- Nos persignamos.
- Rezamos el acto de contrición.
- Realizamos el ofrecimiento de la novena, por ejemplo: “Esta novena la ofrezco muy humildemente al Papa Juan Pablo II, para que cesen las guerras en el mundo, consagre a las familias, ayude a los jóvenes a seguir el camino del bien con su infinito amor y permita que los matrimonios perduren llenos de amor, confianza y armonía”.
- Rezamos las oraciones de la novena en el siguiente orden: oración para todos los días, oración para cada día y oración final.
Oración para Todos los Días
La oración para todos los días es una plegaria muy hermosa de iniciación de la novena, que se realiza durante los 9 días consecutivos.
En esta oración, pedimos a Dios Padre que proteja a las familias, a los matrimonios e infunda en las nuevas generaciones amor y fe basados en la palabra de Cristo Jesús.
¡Oh Dios! de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra.
Padre, tú que eres Amor y Vida, haz que cada familia humana sobre la tierra se convierta, por medio de tu Hijo, Jesucristo, nacido de Mujer, y del Espíritu Santo, en fuente de caridad divina, en verdadero santuario de la vida y del amor para las generaciones, porque siempre se renuevan.
Haz que tu gracia guíe a los pensamientos y las obras de los esposos hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo.
Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor.
Haz que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis, por las que a veces pasan nuestras familias.
Te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, que la Iglesia en todas las naciones de la tierra pueda cumplir fructíferamente su misión en la familia y por medio de la familia. Tú, que eres la Vida, la Verdad y El Amor, en la unidad del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Primer Día
La oración a San Juan Pablo II de este primer día de la novena, es una oración de devoción, en la que pedimos su bendición para todos los jóvenes a quien tanto amó y ayudó en vida. Así como también, la bendición para todas las familias creyentes, para que unidos podamos siempre seguir sembrando el amor y la esperanza en la tierra.
Desde los cielos nos miras, ¡Oh maravilloso San Juan Pablo!
Nos has bañado con tu bendición en muchos momentos. Por ello, te pedimos que bendigas la iglesia, esa que tú formaste, a la que amaste y en la que viviste.
Ayuda a aquellos que se harán cargo de las iglesias, para que no manchen jamás le nombre de Dios y de su tan amada institución en el mundo.
Ayuda también a aquellos jóvenes que han perdido el camino de su destino. Bríndales el amor que necesitan para que al final del oscuro túnel, puedan encontrar la luz.
También te pedimos San Juan Pablo II, que bendigas a todos y a cada uno de los hogares de la tierra; para que así Satanás jamás pueda entrar en ellos. Pues estarán protegidos por ti y por la palabra de Dios.
Cuida Santo Papa a todos los creyentes en esta tierra oscura, cuídalos del mundo entero y sus conflictos. Pues somos hijos de Dios y deseamos sembrar el amor.
Amén.
Rezar un Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Segundo Día
En este segundo día de oración a San Juan Pablo II, recordamos su manera de vivir siempre en oración para alabar y agradecer a Dios por el infinito amor que nos brinda.
Del mismo modo, hace referencia a la conexión que tenemos con Dios desde el mismo momento en que nos bautizamos, pues desde ese momento nos casamos espiritualmente con el Señor.
Todos y cada uno de nosotros al entrar en el sacramento del bautismo y proseguir con la comunión, nos estamos casando con Nuestro Señor; pues Él es nuestro Esposo Celestial y va más allá de algo carnal, como lo es la mujer y el hombre en la tierra.
Cuando nos casamos con Dios, hacemos referencia a que nuestra alma se conecta con la de Nuestro Señor y permanecerán unidas por toda la vida.
Recuerda que Dios nos ama, pues nos creó para traer alegría al universo. Por eso, ese matrimonio con Él, significa cuanto nos ama y la conexión tan especial que nos une.
En cambio, el matrimonio entre un hombre y una mujer, se vuelve conyugal y carnal. En este sentido, entendemos que el vínculo que mantenemos con Nuestro Padre es netamente espiritual y eso no se compara con nada en este mundo, Él siempre nos será fiel y San Juan Pablo II lo sabía más que nadie, pues vivía en constante oración para alabarlo y agradecer tanto amor.
Amén.
Rezar un Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Tercer Día
Para nadie es un secreto que, hoy en día la mayoría de matrimonios se acaban de una manera muy pronta porque permiten que el mal penetre en su familia.
Por ello, en la oración a San Juan Pablo II de este tercer día, hacemos referencia a la importancia de invitar a Dios a nuestros hogares y con su ayuda poder alejar las malas costumbres y los pecados.
La esencia del matrimonio se vio opacada por las tinieblas del mal, pues ha corrompido aquel momento tan importante y lo ha vuelto nada.
Es triste darse cuenta que el amor ya no existe entre parejas y aún conciben una nueva vida.
Solo puede nacer amor desde el amor. Por ello el matrimonio está hecho para eso; para que dos personas que se amen traigan al mundo otro hijo de Dios, que vivirá plenamente en un hogar rodeado de amor, lejos de las malas costumbres y de los pecados que aparezcan en el camino.
Jamás debemos olvidar lo importante del amor, pues sin él, el mundo se detiene y nuestro Padre siempre nos lo ha demostrado.
Amén.
Rezar un Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Cuarto Día
El Papa Juan Pablo II siempre tuvo gran preocupación por las familias, porque decía que el futuro dependía de ellas, pues la familia es: «base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guían durante toda su vida».
Por esta razón, es tan importante seguir como fieles creyentes, el camino que Dios ha trazado para nosotros y no permitir que el mal nos desvíe, ni desvíe a nuestro círculo familiar del camino correcto.
Todos y cada uno de nosotros tiene una misión en esta vida. Dios nos ha dado un destino que debemos seguir, pero en muchas ocasiones, el mal nos aleja de ese destino, corrompe y separa a las familias y terminan envenenando las almas de quienes se desvían del camino de Dios.
Por eso, el valor de la familia es inimaginable. Pues una familia que mire en alto y siempre tenga en mente a Dios, es una familia que saldrá adelante pese a las adversidades y lucharan unidos como un hogar, para algún día reunirse todos en el reino de Dios.
Amén.
Rezar un Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Quinto Día
Cada uno de nosotros debe entender que, si albergamos a Cristo en nuestros corazones y escuchamos su llamado, podemos vivir en armonía dando testimonio de su palabra.
Es por ello que, en la oración a San Juan Pablo II de este quinto día, se hace referencia a la confianza que Dios tiene puesta sobre la humanidad que, a pesar de los obstáculos, continúa firme en sus creencias y en su amor hacia Dios Padre.
Vivimos en un mundo lleno de malicia, con los años empeora y empeora. Nuestro Padre no puede intervenir, pues confía plenamente en nosotros.
Él está consciente de que tomaremos las mejores decisiones y que gracias a cada una de las familias que se aferran a Él, el planeta sigue girando.
Nuestro Padre amado sabe que ha tocado el alma de muchos, pero pocos han oído su llamado. Es gracias a esos que lo han escuchado con claridad, que la sociedad no se hunde, y a pesar de los obstáculos seguimos saliendo adelante, porque tenemos la luz de Dios guiando nuestros pasos.
Amén.
Rezar un Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sexto Día
El Papa Juan Pablo II decía que: “El Matrimonio es una unión de amor con compromiso”.
Por esta razón, en la oración a San Juan Pablo II del día sexto, recordamos aquellas palabras del Santo Papa en relación al matrimonio, pues decía que era una donación de amor exclusivo de manera recíproca, importante para la continuidad de la vida, por ser un amor fecundo.
La unión entre dos seres humanos es un momento de celebración, pues no son solo dos personas que se unen, también se unen a aquel que los creó.
Nuestro Padre está ahí presenciando el maravilloso momento de aquella unión llena de amor. Él ve un amor fuerte, pero no tan grande como el de Él hacia nosotros.
Contraer matrimonio es una responsabilidad adquirida con tu pareja, con la sociedad y con Dios, la cual no debe ser tomada a la ligera.
Amén.
Rezar un Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Séptimo Día
En algún punto de nuestras vidas, llegamos realmente a despertar y a comprender que desde nuestro bautizo hemos estado unidos a Dios. Ese momento llega solo cuando nos arrepentimos de corazón por nuestros pecados, y perdonamos a nuestro prójimo.
Cuando llega ese momento, absolutamente todo en nuestra vida mejora y se hace mucho más sencillo. Tal y como lo dice la siguiente oración a San Juan Pablo II.
Muchos de nosotros hemos estado del lado equivocado del camino, hemos seguido los deseos oscuros de nuestro inconsciente y al final hemos despertado.
Porque cuando por fin has comprendido tu unión con Dios, las cosas se vuelven más sencillas.
Pero para ello, primero debes perdonarte a ti mismo y espera el perdón de Él. Pues a él también le duelen nuestros errores y nuestra indiferencia.
Cuando Él nos conceda el perdón podremos entregarnos por completo y entenderemos lo que nos quiere decir y la tarea que debemos cumplir en la tierra.
Arrepentirse es de valientes, perdonar también lo es. No solo con Nuestro Señor, también debemos perdonar a quienes amamos, pues todos cometemos errores y debemos saber afrontarlos para seguir adelante con la ayuda de Dios Padre.
Amén.
Rezar un Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Octavo Día
La oración es el método de comunicación más efectivo con Dios. Por eso, es importante que aprendamos a orar con gran fe, confiando en que Dios escuchará y atenderá cada una de las suplicas colocadas en manos de Juan Pablo II gracias a esta novena. Para que puedan ser atendidas por el creador.
Muchos no comprenden la importancia de la oración, a veces no nos damos cuenta que eso es lo que nos mantiene unidos a Dios, ya que más que palabras, terminan siendo un medio de comunicación efectivo.
Todos pertenecemos a la misma raza, y entendemos el poder de comunicarnos. Lo mismo sucede con las oraciones, pues con ellas nos comunicamos con el creador del cielo y de la tierra, para pedir por nuestras necesidades, tristezas y aflicciones.
El Papa Juan Pablo II era un hombre de gran fe y de una total entrega a Dios, quien siempre estaba en constante oración diaria. Sin embargo, no es necesario que nosotros recemos todos los días, pero sí, conectar con Dios a Diario.
Para conectar con Dios a diario debemos reconocer su importancia en nuestras vidas y transmitir ese amor a cada uno de los integrantes de nuestra familia.
Amado Dios, bendícenos, te lo pedimos por intercesión de tu Siervo San Juan Pablo II.
Amén.
Rezar un Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Noveno Día
La oración a San Juan Pablo II de este último día de la novena, nos habla del papel fundamental que juega el hombre de familia en cuanto a su bienestar se refiere. Pues debe velar por su familia e inculcar en ella los valores cristianos. Además de enseñar a sus hijos sobre el amor de Dios y hacia Dios, pues nosotros seguimos en la tierra por cada una de nuestras familias.
El hombre de familia debe velar por el bienestar de sus hijos y de su esposa, además de enseñarles e inculcar en su familia los valores cristianos.
Sin embargo, en esta difícil tarea, no se encuentra solo, pues tiene el apoyo de toda la comunidad cristiana, el apoyo de su iglesia y el amor de Dios.
Amar a nuestros padres y hermanos es implementar los valores en nuestro día a día, es protegerlos de la maldad que siempre está acechando, manteniéndolos a salvo. Si nos esforzamos en amar, todo nuestro desarrollo tendrá su recompensa.
Amar es dar, siempre sin esperar nada a cambio
Así como Dios con nosotros
Amén.
Oración Final
La oración final de esta novena a Juan Pablo II, está dirigida a la Virgen María. Recordemos que Juan Pablo II era un gran devoto de la virgen, a quien le dedicó varias de sus oraciones escritas.
Por eso, terminamos esta hermosa novena con una de sus oraciones dedicada a María Santísima.
¡Oh María! aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes, a ti confiamos la causa de la vida: mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se impide nacer, de pobres a quienes se hace difícil vivir, de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia, para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida.
Amén.
Rezar un Credo y Salve
Para finalizar, podemos reconocer que Juan Pablo II fue un fiel seguidor de Dios en la tierra, quien trató de ayudar y motivar siempre a los jóvenes y a las familias a reconciliarse con Dios y de mediar ante posibles conflictos de guerra, luchando por lograr la paz mundial.
Recuerda que en todofe.com te ofrecemos las mejores oraciones dedicadas a Dios y a sus siervos como intercesores, para pedir y obtener con ellas un favor especial por parte del creador.